Oraciones y meditaciones
Mensaje de la Madre
1941-1948
Introducción escrita en inglés para un libro de traducción al inglés del francés original
Este mensaje | Escucha aqui |
Algunos le entregan su alma al Divino, otros su vida, algunos le ofrecen su trabajo, otros su dinero. Unos cuantos le consagran todo lo que son y todo lo que tienen: alma, vida, trabajo, riqueza; esos son los verdaderos hijos de Dios. Otros no dan nada; esos, cualquiera que sea su posición, poder y fortuna, son cifras sin valor para el propósito Divino.
Este libro está destinado a quienes aspiran a una máxima consagración al Divino.
- MADRE
1941 - 1948.
Año: 1912
2 de Noviembre de 1912
Este plegaria | Escucha aqui |
Aunque todo mi ser está en teoría consagrado a Ti, O Sublime Maestro que eres la vida, la luz y el amor en todas las cosas, aún me cuesta aplicar esta consagración a los detalles. Me tomó varias semanas entender que la razón de esta meditación escrita, su justificación, reside en el hecho mismo de dirigírtela cotidianamente. De esta manera materializaré cada día un poco de la conversación que a cada rato sostengo Contigo; yo Te haré mi mejor confesión; no porque crea que puedo contarte algo que no sepas, pues Tú mismo lo eres todo, sino porque nuestra manera exterior y artificial de ver y de comprender Te es ajena, por así decir, opuesta a Tu naturaleza. No obstante, al volverme hacia Ti, al bañarme en Tu luz en el momento en que considero estas cosas, poco a poco las veré más como son realmente
—hasta el día en que, habiéndome identificado Contigo, ya no tendré más qué decirte porque para entonces seré Tú. Ese es el propósito que quiero alcanzar; hacia esa victoria se orientarán cada vez más todos mis esfuerzos. Y aspiro al día en que ya no podré decir «yo» porque seré Tú.
.
Cuántas veces al día, todavía, actúo sin consagrarte mi acto; de inmediato caigo en cuenta debido a un malestar indefinible que se traduce en mi sensibilidad corporal mediante una punzada en el corazón. Entonces objetivo mi acción y me parece ridícula, infantil o culpable; la deploro, por un momento me entristezco, hasta que me hundo en Ti y, perdida en Ti con la confianza de una niña, espero de Ti la inspiración y la fuerza necesarias para reparar el error en mí y alrededor mío —dos cosas que son una—; porque ahora percibo de manera constante y precisa la unidad universal que determina una interdependencia absoluta de todas las acciones.
19 de Noviembre de 1912
Este plegaria | Escucha aqui |
Ayer le dije a ese joven inglés que te busca con un deseo tan sincero, que yo Te había encontrado definitivamente, que la Unión era constante. Tal es, en efecto, el estado del que soy consciente. Todos mis pensamientos van hacia Ti, todos mis actos están consagrados a Ti; Tu Presencia es para mí un hecho absoluto, inmutable, invariable, y Tu Paz habita en mi corazón permanentemente. Sin embargo, sé que este estado de unión es miserable y precario al lado del que me será posible realizar mañana, y que aún estoy lejos, muy lejos sin duda, de esa identificación en la que perderé totalmente la noción del «yo», de este «yo» que todavía uso para expresarme, pero que en cada ocasión es un estorbo, una especie de término impropio para expresar el pensamiento que quiere expresarse. Me parece indispensable para la comunicación humana, pero todo depende de lo que este «yo» manifiesta; y cuántas veces ya, cuando lo pronuncio, eres Tú quien habla en mí, porque he perdido el sentido de la separación.
Pero todo esto aún es embrionario e irá perfeccionándose. ¡Qué apaciguadora seguridad hay en esta serena confianza en Tu Omnipotencia!
Tú eres todo, por doquier y en todo lo que hay, y este cuerpo que actúa es Tu propio cuerpo, como lo es el universo visible en su integridad; eres Tú quien respira, piensa y ama en esta sustancia que, siendo Tú mismo, quiere ser Tu dócil servidora.
26 de Noviembre de 1912
Este plegaria | Escucha aqui |
¡Qué cántico de acción de gracias no debería entonar hacia Ti a cada instante! Por doquier y en todas las cosas a mi alrededor Tú Te manifiestas; Tu Conciencia y Tu Voluntad se expresan en mí cada vez más claramente, al punto que casi he perdido por completo esta burda ilusión del «yo» y del «mío». Si algunas sombras, algunas fallas se dejan ver todavía en esta gran Luz que Te manifiesta, ¿cómo soportarán más tiempo la maravillosa brillantez de Tu resplandeciente amor? Esta mañana, la conciencia que tuve de la manera en que Tú estás moldeando a este ser que era «yo» puede traducirse más o menos en un monumental diamante tallado en caras geométricas y regulares; en un diamante por la cohesión, la firmeza, la limpidez incolora, la transparencia, pero en una deslumbrante y radiante llama por su vida intensa y evolutiva. Y aún así fue algo más, algo mejor que todo eso, dado que toda sensación exterior o interior quedó atrás y esa imagen no se le presentó a mi mental sino a medida que volví a entrar en contacto consciente con el mundo exterior.
Eres Tú quien hace que la experiencia sea fecunda, eres Tú quien hace que la vida evolucione, eres Tú quien obliga a la oscuridad a disolverse instantáneamente ante la Luz, eres Tú quien le da todo su poder al Amor, eres Tú quien levanta por todas partes la materia en esta asombrosa y ardiente aspiración, en esta sublime sed de Eternidad.
Tú por todas partes y siempre; nada más que Tú en la esencia y en la manifestación...
Sombra e Ilusión, ¡disípense! Sufrimiento, ¡desvanécete y desaparece! Supremo Señor, ¿no estás acaso aquí?
28 de Noviembre de 1912
Este plegaria | Escucha aqui |
La vida exterior, la actividad de cada día y de cada instante, ¿no es el complemento indispensable de nuestras horas de meditación y contemplación? Y la proporción del tiempo entregado a una y otra, ¿no es la imagen exacta de la proporción que existe entre la suma de esfuerzos que hay que hacer para la preparación y la realización? Porque la meditación, la contemplación, la Unión es el resultado obtenido —la flor que se abre—; mientras que la actividad cotidiana es el yunque por el que deben pasar y repasar todos los elementos con el fin de ser purificados, refinados, flexibilizados y madurados para la iluminación que la contemplación les confiere. Así que todos estos elementos, uno tras otro, deben pasar por el crisol antes de que la actividad exterior deje de ser necesaria para el desarrollo integral. Luego esta actividad se convierte en el modo de manifestarte con el fin de despertar a otros centros de conciencia al mismo trabajo dual de forja e iluminación. Es por ello que el orgullo y la satisfacción de sí mismo son los peores obstáculos. Muy modestamente debemos aprovechar todas las minúsculas ocasiones que se nos ofrecen para amalgamar y purificar algunos de estos innumerables elementos, para ablandarlos, para impersonalizarlos, para enseñarles el olvido de sí mismos y la abnegación y la devoción y la bondad y la dulzura; y cuando todas estas maneras de ser les son habituales, entonces están listos para participar de la Contemplación e identificarse Contigo en la Concentración suprema. Es por ello que me parece que el trabajo debe ser largo y lento, incluso para los mejores, y que las conversiones fulminantes no pueden ser integrales. Cambian la orientación del ser, lo ponen definitivamente en el camino de la rectitud; pero para alcanzar en verdad el propósito nadie puede escapar a la necesidad de innumerables experiencias de todo tipo y a cada instante.
... O Maestro Supremo que resplandeces en mi ser y en todas las cosas, que Tu Luz se manifieste y que el reino de Tu Paz llegue para todos.
2 de Diciembre de 1912
Este plegaria | Escucha aqui |
Mientras un elemento del ser, un movimiento del pensamiento esté aún sometido a las influencias exteriores y no exclusivamente a la Tuya, no se puede decir que la verdadera Unión se ha realizado; sigue habiendo la horrible mezcla sin orden ni luz —porque ese elemento, ese movimiento es un mundo, un mundo de desorden y oscuridad, como lo es la Tierra entera en el mundo material, como lo es el mundo material en el universo entero.
3 de Diciembre de 1912
Este plegaria | Escucha aqui |
Ayer en la noche experimenté la efectividad de abandonarse confiado a Tu dirección; cuando es necesario saber algo, uno lo sabe, y entre más pasiva es la mente ante Tu Iluminación, más clara y adecuada es su expresión.
Te escuché mientras hablaste en mí y hubiera querido anotar lo que decías para que la fórmula precisa no se perdiera —pues ahora sería incapaz de repetir lo que dijiste. Luego pensé que preocuparme por esta conversación volvía a ser una ofensiva falta de confianza para Contigo, porque Tú puedes hacer de mí todo lo que necesito ser, y en la medida en que mi actitud Te deje actuar sobre mí y en mí, Tu omnipotencia no tiene límites.
¡Saber que en todo instante lo que debe ser con toda seguridad es, tan perfectamente como es posible, para todos aquellos que Te saben ver en todas las cosas y en todos los lugares! No más temores, no más ansiedad, no más angustia; sólo la Serenidad perfecta, la Confianza absoluta, la inconmovible Paz suprema.
5 de Diciembre de 1912
Este plegaria | Escucha aqui |
En la Paz y el Silencio, el Eterno se manifiesta; no permitas que nada te turbe y el Eterno se manifestará; sé perfectamente ecuánime frente a todo y el Eterno estará ahí... Sí, no hay que poner demasiada intensidad ni demasiado empeño en buscarte; esa intensidad y ese empeño se vuelven un velo delante Tuyo; no hay que desear verte, eso también es una agitación mental que oscurece Tu Eterna Presencia; es en la más completa Paz, Serenidad y Ecuanimidad que todo es Tú así como Tú eres todo, y la mínima vibración en esta atmósfera perfectamente pura y calma es un obstáculo para Tu manifestación. Nada de apuro, nada de inquietud, nada de tensión, Tú, nada más que Tú, sin análisis ni objetivación, y Tú estás ahí sin ninguna duda posible, pues todo se convierte en Santa Paz y Sagrado Silencio.
Y eso es mejor que todas las meditaciones del mundo.
7 de Diciembre de 1912*
Este plegaria | Escucha aqui |
Como una llama que arde en silencio, como un perfume que asciende directo sin vacilar, mi amor va hacia Ti; y como el niño que no razona ni tiene cuidado, me confío a Ti para que Tu Voluntad se haga, Tu Luz se manifieste, Tu Paz se irradie y Tu Amor cubra el mundo. Cuando Tú lo quieras yo seré en Ti, Tú mismo, y no habrá ya ninguna diferencia; espero esa hora bendita sin ningún tipo de impaciencia, dejándome deslizar irresistiblemente hacia ella como un río apacible se desliza hacia el océano sin límites.
Tu Paz está en mí, y en esa Paz Te veo sólo a Ti presente en todo, con la calma de la Eternidad.
10 de Diciembre de 1912
Este plegaria | Escucha aqui |
O Maestro Supremo, Instructor Eterno, me ha sido concedido una vez más constatar la efectividad sin par de la plena confianza en Tu dirección. Tu Luz se manifestó ayer por mi boca sin encontrar resistencia en mí; el instrumento fue dócil, flexible, penetrante.
Eres Tú quien actúa en cada cosa y en cada ser, y quien está lo bastante cerca de Ti para verte en todas las acciones sin excepción, sabe transformar cada acto en una bendición.
Supeditarse siempre a Ti es lo único que importa, siempre y cada vez más y más a Ti, más allá de las ilusiones y de los engañosos sentidos, no apartándose de la acción, rehusándola, rechazándola —combate inútil y nefasto—, sino viviéndote sólo a Ti en el acto sea cual sea, siempre e invariablemente a Ti; entonces la ilusión se disipa, la falsedad de los sentidos se desvanece, el amarre de las consecuencias se suelta y todo se transforma en una manifestación de la gloria de Tu Eterna Presencia.
Que así sea. Amén.
11 de Diciembre de 1912
Este plegaria | Escucha aqui |
... Aguardo, sin prisa y sin inquietud, a que un nuevo velo se rasgue, a que la Unión se haga más completa. Sé que el velo está compuesto de todo un conjunto de pequeñas imperfecciones, de apegos sin número... ¿Cómo desaparecerá todo eso?
¿Lentamente, con ayuda de incontables pequeños esfuerzos y de una vigilancia que no ha de faltar un minuto, o de golpe, mediante una gran iluminación de Tu Amor Todopoderoso? No sé, ni siquiera me lo pregunto; aguardo, tan alerta como puedo, en la certeza de que sólo Tu Voluntad existe, de que sólo Tú eres el hacedor y yo soy el instrumento; y cuando el instrumento esté listo para una manifestación más completa, la manifestación tendrá lugar con toda naturalidad.
Tras el velo ya se escucha la jubilosa sinfonía que en silencio revela Tu Presencia sublime.
Año : 1913
5 de Febrero de 1913
Este plegaria | Escucha aqui |
Tu voz se escucha como un canto melodioso en la quietud de mi corazón; y se traduce en mi cabeza mediante palabras inadecuadas que sin embargo están repletas de Ti. Y esas palabras van dirigidas a la Tierra y le dicen:
— Pobre y doliente Tierra, recuerda que Yo estoy presente en ti y no pierdas la esperanza; cada esfuerzo, cada sufrimiento, cada júbilo y cada angustia, cada llamado de tu corazón, cada aspiración de tu alma, cada cambio de tus estaciones, todo, todo sin excepción, lo que te parece triste y lo que te parece alegre, lo que te parece feo y lo que te parece bello, todo te trae infaliblemente hacia mí, que soy Paz sin fin, Luz sin sombra, Armonía perfecta, Certeza, Reposo y Bendición Suprema.
Escucha, O Tierra, la voz sublime que se eleva.
¡Escucha y renueva tu coraje!
8 de Febrero de 1913
Este plegaria | Escucha aqui |
Supremo, Tú eres mi refugio y mi bendición, mi fuerza, mi salud, mi esperanza y mi coraje. Tú eres la Paz soberana, la Alegría sin mezcla, la perfecta Serenidad. Todo mi ser se postra ante Ti en una gratitud sin medida y una adoración que no cesa; y esta adoración se eleva hacia Ti desde mi corazón y desde mi espíritu como se eleva la estela pura de los perfumados inciensos de la India.
Permíteme ser Tu emisaria ante los hombres, para que todos los que están listos puedan degustar la beatitud que me otorgas en Tu Misericordia infinita, y permite que Tu Paz reine sobre la Tierra.
10 de Febrero de 1913
Este plegaria | Escucha aqui |
Mi ser asciende hacia Ti en acción de gracias, no porque Te sirvas de este falible e imperfecto cuerpo para manifestarte, sino porque Te manifiestas, y ese es el Esplendor de los esplendores, el Gozo de los gozos, la Maravilla de las maravillas. Todos aquellos que te buscan con ardor deberían comprender que Tú estás allí cuando se Te requiere; y si pudieran tener la fe suprema de dejar de buscarte, y en cambio te esperaran, poniéndose a cada instante y enteramente a Tu servicio, Tú estarías allí cuando Te requirieran; ¿y acaso no te requerimos siempre, sin importar las diversas, y con frecuencia inesperadas, formas en que Te manifiestas?
Que Tu gloria sea proclamada,
Y santifique la vida,
Que transforme los corazones humanos,
Y que Tu Paz reine en la Tierra.
12 de Febrero de 1913
Este plegaria | Escucha aqui |
Tan pronto como todo esfuerzo desaparece de una manifestación, esta se vuelve muy sencilla, con la sencillez de una flor que se abre y manifiesta su belleza y expande su fragancia sin estruendos ni gestos bruscos. Y en esta sencillez reside el poder más grande, el poder que contiene el mínimo de mezcla y da lugar al mínimo de reacciones funestas. Del poder del vital hay que desconfiar, es un tentador atravesado en el camino de la obra, y siempre se corre el riesgo de caer en su trampa, porque te antoja de obtener resultados inmediatos; y, en nuestro ardor inicial por hacer bien el trabajo, nos dejamos convencer de servirnos de este poder. Pero muy pronto desvía toda nuestra acción del camino correcto e introduce un germen de ilusión y de muerte en lo que hacemos.
¡Sencillez, sencillez! ¡Qué dulce es la pureza de Tu Presencia...!
11 de Mayo de 1913
Este plegaria | Escucha aqui |
Tan pronto como termino de atender las responsabilidades materiales, todos los pensamientos concernientes a ese tipo de cosas se alejan de mí, y me dedico única y completamente a Ti y a Tu servicio. Entonces, en esa perfecta paz y serenidad, uno mi voluntad a la Tuya, y en ese silencio integral oigo Tu Verdad y escucho su expresión. Es tomando conciencia de Tu Voluntad e identificando la nuestra con la Tuya que se halla el secreto de la libertad verdadera y de la omnipotencia, el secreto de la regeneración de fuerzas y de la transfiguración del ser.
Estar en acuerdo integral y constante Contigo, es tener la certeza de que venceremos todos los obstáculos y triunfaremos sobre todas las dificultades, tanto interiores como exteriores.
Supremo, Supremo, una alegría sin límites colma mi corazón, cantos de júbilo surcan mi cabeza en ondas maravillosas, y en la plena confianza de Tu certero triunfo encuentro una Paz soberana y un Poder invencible. Tú llenas mi ser, Tú lo animas, Tú haces mover sus resortes escondidos, Tú iluminas su comprensión, Tú intensificas su vida, Tú multiplicas su amor exponencialmente; y ya no sé si yo soy el universo o el universo es yo, si Tú estás en mí o yo estoy en Ti; sólo Tú existes y todo es Tú; y los torrentes de Tu gracia infinita sacian y desbordan el mundo.
Canten tierras, canten pueblos, canten hombres,
La Divina Armonía está ahí.
18 de Junio de 1913
Este plegaria | Escucha aqui |
Volverse hacia Ti, unirse a Ti, vivir en Ti y para Ti, es felicidad suprema, alegría sin mezcla, paz inmutable; es respirar el infinito, sobrevolar la eternidad, dejar de sentir sus propios límites, escapar al tiempo y al espacio. ¿Por qué los hombres huyen de estos bienestares como si les tuvieran miedo? ¡Qué extraña cosa es la ignorancia, fuente de todos los sufrimientos! ¡Qué mísera es esta oscuridad que aleja a los hombres de lo que justamente los haría felices y los somete a esta dolorosa escuela de la existencia común hecha enteramente de lucha y de dolor!
21 de Julio de 1913
Este plegaria | Escucha aqui |
... ¡Pero qué paciencia se necesita! ¡Qué imperceptibles son los avances!...
¡Oh, cuánto Te invoco desde lo más profundo de mi corazón, Luz Verdadera, Amor Sublime, Divino Dueño que nos alientas y nos esclareces, que nos guías y nos proteges, Alma de nuestra alma y Vida de nuestra vida, Razón de ser de nuestro ser, Conocimiento supremo, Paz inmutable!
28 de Noviembre de 1913
Este plegaria | Escucha aqui |
En este calmo recogimiento que precede al amanecer, mejor que en ningún otro momento, mi pensamiento se remonta hacia Ti, Dueño de nuestro ser, en una ardiente plegaria.
Que este día que va a comenzar le aporte a la Tierra y a los hombres un poco más de luz pura y paz verdadera; que Tu manifestación sea más completa y Tu dulce ley más reconocida; que algo más alto, más noble, más verdadero le sea revelado a la humanidad; que un amor más vasto y más profundo se expanda para que las heridas dolorosas cicatricen; y que este primer rayo de Sol que va a despuntar sea el heraldo de alegrías y armonías, un símbolo del glorioso esplendor oculto en la esencia de la vida.
*O Divino Maestro, que este día nos aporte una consagración más completa a Tu Voluntad, una entrega más integral a Tu obra, un olvido de sí más total, una iluminación más grande, un amor más puro. Que en una comunión siempre más honda, constante y entera, estemos cada vez más y más unidos a Ti y nos convirtamos en Tus dignos servidores. Elimina de nosotros todo egoísmo, erradica todo orgullo mezquino, toda codicia y toda oscuridad. Que a todos nos incendie Tu Amor divino; haznos Tus antorchas en el mundo.*
Un canto de alabanza se eleva silencioso desde mi corazón como el humo blanco de los perfumados inciensos de Oriente.
Y en la serenidad de un perfecto abandono, Te saludo a la luz de este día que se levanta.
Año : 1914
24 de Enero de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
O Tú que eres la única realidad de nuestro ser, el sublime Maestro de amor, el Redentor de vida, permíteme no tener otra conciencia que la Tuya a cada instante y en cada ser. Cuando no vivo exclusivamente con Tu vida, yo agonizo, me extingo lentamente; porque Tú eres mi única razón de existir, mi solo propósito, mi exclusivo sostén. Soy como el ave tímida que aún no está segura de sus alas y vacila antes de alzar vuelo; déjame planear bien alto hasta identificarme definitivamente Contigo.
1º de Febrero de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
Me vuelvo hacia Ti que estás en todas partes y en todo y por fuera de todo, esencia íntima de todo y ajeno a todo, centro de condensación de todas las energías, creador de individualidades conscientes; me vuelvo hacia Ti y Te saludo, liberador de mundos, e identificada con Tu amor divino, contemplo la Tierra y sus criaturas, esta masa de sustancia vaciada en formas perpetuamente destruidas y renovadas, esta masa hormigueante de agregados tan pronto disueltos como constituidos, de seres que imaginan ser individualidades conscientes y duraderas y que son tan efímeros como un soplo, siempre parecidos o casi iguales, en su diversidad, repitiendo indefinidamente los mismos deseos, las mismas tendencias, los mismos apetitos, los mismos e ignorantes errores.
Pero cada tanto Tu sublime luz resplandece en un ser y a través suyo irradia el mundo, y entonces algo de sabiduría, algo de conocimiento, algo de desinteresada fe, de heroísmo y de compasión penetra los corazones de los hombres, transforma sus mentes y libera unos cuantos elementos de esa dolorosa e implacable rueda de la existencia a la que su ciega ignorancia los somete.
¡Pero qué esplendor más alto que todos cuantos han precedido, qué maravilla de gloria y de luz harán falta para sacar a estos seres de la horrible aberración en que los sumergen la vida de las ciudades y las pretendidas civilizaciones! ¡Qué potencia formidable y a la vez divinamente dulce hará falta para apartar todas estas voluntades de la amarga lucha por sus satisfacciones egoístas, mezquinas y tontas, para arrancarlas de esta vorágine que oculta a la muerte detrás de su engañoso centelleo, y para orientarlos hacia Tu armonía conquistadora!
Supremo, eterno Maestro, ilumínanos, guía nuestros pasos, muéstranos el camino hacia la realización de Tu ley, hacia la consecución de Tu obra.
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Te adoro en silencio y Te escucho en un religioso recogimiento.
14 de Febrero de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
¡Paz, paz sobre toda la Tierra!
Que todos escapen de la conciencia ordinaria y sean liberados del apego por las cosas materiales; que se despierten al conocimiento de Tu divina presencia, se unan a Tu conciencia suprema y prueben la plenitud de paz que eso produce.
Supremo, Tú eres el soberano maestro de nuestro ser. Tu ley es nuestra ley, y con toda nuestra fuerza aspiramos a identificar nuestra conciencia con Tu conciencia eterna, para llevar a cabo Tu obra sublime en todas las cosas y a cada instante.
Supremo, líbranos de toda preocupación por las contingencias, líbranos de la percepción ordinaria de las cosas. Permite que de aquí en adelante sólo veamos con Tus ojos y sólo actuemos mediante Tu voluntad. Transfórmanos en antorchas vivas de Tu amor divino.
Con veneración, con devoción, en una jubilosa consagración de todo mi ser yo me entrego, Supremo, al cumplimiento de Tu ley.
¡Paz, paz sobre toda la Tierra!
15 de Febrero de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
Supremo, Realidad única, Luz de nuestra luz y Vida de nuestra vida, Amor sublime, Salvador del mundo, permite que me percate cada vez más perfectamente de Tu constante presencia. Que todos mis actos concuerden con Tu ley; que no haya ninguna diferencia entre mi voluntad y la Tuya. Líbrame de la conciencia ilusoria de mi mente, de su mundo de fantasías; permíteme identificar mi conciencia con la Absoluta Conciencia, porque eso eres Tú.
Dame constancia en la voluntad de alcanzar el propósito, dame firmeza, energía y ese coraje que sacude toda torpeza y lasitud.
Dame la paz del perfecto desinterés, la paz que hace sentir Tu presencia y que hace eficaz Tu intervención, la paz que siempre vence toda mala voluntad y toda oscuridad.
Concédeme, Te imploro, que todo en mi ser se identifique contigo. Que yo ya no sea más que una llamarada de amor totalmente despierta a la sublime percatación de Ti.
7 de Marzo de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
A bordo del Kaga Maru
Tú fuiste ayer con nosotros como la más maravillosa de las protecciones; Tú permitiste que Tu ley triunfara hasta en la más exterior manifestación. A la violencia le respondió la calma; a la brutalidad, la fuerza de la dulzura; y allí donde habría podido tener lugar un desastre irreparable, Tu poder fue glorificado.
¡Supremo, con qué fervorosa gratitud saludé Tu presencia! Fue para mí la certera señal de que tendremos la fuerza de actuar, de pensar, de vivir en Tu nombre y para Ti; no sólo en la intención y la voluntad, sino efectivamente, en una realización integral.
*Esta mañana mi plegaria asciende hacia Ti, siempre con la misma aspiración: vivir Tu amor, irradiar Tu amor, con tal poder y eficacia que todos se sientan fortalecidos, regenerados e iluminados ante nuestro contacto. Poder sanar la vida, aliviar los sufrimientos, generar paz y serena confianza, borrar la angustia y reemplazarla por la percepción de la verdadera felicidad, esa que se funda en Ti y que no se acaba nunca...
¡Supremo, Amigo maravilloso, Amo y Señor todopoderoso, penetra todo nuestro ser, transfigúralo hasta que sólo Tú vivas en nosotros y a través nuestro!*
8 de Marzo de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
Frente a este tranquilo amanecer que hizo que todo en mi interior se tornara apacible y silencioso, en el momento en que tomé conciencia de Ti y sólo Tú estuviste vivo en mí, O Supremo, me pareció que adopté a todos los habitantes de este barco y los envolví a todos en un amor ecuánime, y que así en cada uno de ellos algo de Tu conciencia se despertó. Rara vez había sentido con tanta fuerza Tu potencia divina y Tu luz invencible, y de nuevo mi confianza fue total y mi abandono alegre y sin mezcla.
¡Tú que alivias todos los sufrimientos y disipas todas las ignorancias, Tú el sublime sanador, haz presencia constante en el corazón de todos los que abriga este navío para que Tu gloria se manifieste de nuevo!
9 de Marzo de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
Quienes viven para Ti y en Ti pueden cambiar de entorno físico, de costumbres, de clima, de medio, pero por doquier encuentran la misma atmósfera; es la atmósfera que llevan consigo mismos, en su pensamiento constantemente puesto en Ti. En todas partes se sienten en casa, porque en todas partes están en Tu casa. Ya no se maravillan ante lo novedoso, lo inesperado o lo pintoresco de las cosas ni de los lugares; para ellos, es Tu Presencia la que se manifiesta en todo y Tu inalterable esplendor, que nunca los abandona, les resulta evidente en el más mínimo grano de arena. Toda la Tierra canta Tus alabanzas; a pesar de la oscuridad, la miseria, la ignorancia, a través de todo eso, sigue siendo la gloria de Tu amor la que percibimos y con la que podemos comulgar a cada momento y en todo lugar.
Supremo, mi dulce Maestro, todo esto lo experimento de manera constante en este barco que me parece un maravilloso territorio de paz, un templo navegando en Tu honor sobre las olas de la pasividad subconsciente que debemos conquistar y despertar a la conciencia de Tu divina Presencia.
¡Bendito sea el día en que Te conocí, Inefable Eternidad!
¡Bendito entre todos los días sea el día en que la Tierra, al fin despierta, Te conozca y viva sólo para Ti!
25 de Marzo de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
Como siempre, invisible y silenciosa pero todopoderosa, Tu acción se ha hecho sentir y, en estas almas que parecían tan cerradas, una percepción de Tu luz divina se ha despertado. Yo sabía muy bien que nadie podía invocar Tu Presencia divina en vano y que si en la sinceridad de nuestros corazones comulgamos contigo a través de no importa qué organismo, cuerpo o colectividad humana, dicho organismo, a pesar de su ignorancia, ve completamente transformada su inconsciencia. Pero cuando esta transformación se vuelve consciente en uno o varios elementos, cuando la llama que ardía bajo la ceniza surge de repente iluminando todo el ser, entonces con alegría saludamos Tu acción soberana, constatamos una vez más Tu poder invencible y podemos esperar que una nueva posibilidad de felicidad verdadera haya sido agregada a las demás en la humanidad.
O Supremo, mi reconocimiento fervoroso asciende hacia Ti expresando la gratitud de esta apesadumbrada humanidad que Tú iluminas, transformas, glorificas y a la que concedes la paz del Conocimiento.
10 de Abril de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
De repente el velo se rasgó, el horizonte quedó al descubierto, y ante la clara visión todo mi ser se lanzó a Tus pies en un gran rapto de gratitud. Mas a pesar de esta profunda e integral alegría, todo fue calmo y apacible —con esa paz de la eternidad. Tengo la impresión de ya no tener límites; ya no percibo el cuerpo, ni sensaciones, ni sentimientos, ni pensamientos... Una inmensidad clara, pura, tranquila, impregnada de amor y de luz, colmada de una indecible beatitud es todo cuando hay y ahora sólo eso parece ser yo; y este «yo» es tan poco el «yo» de antes, egoísta y limitado, que no podría decir si se trata de mí o de Ti, O Supremo, sublime Dueño de nuestros destinos.
Es como si todo fuera energía, coraje, fuerza, voluntad, dulzura infinita, compasión sin par...
Más rotundamente aún que en estos días anteriores, el pasado está muerto y como sepultado bajo los rayos de la nueva vida. El último vistazo que acabo de lanzar hacia atrás, releyendo algunas páginas de este cuaderno, me ha convencido definitivamente de esta muerte, y es aligerada de un gran peso que me presento ante Ti, mi divino Dueño, con toda la simpleza, con toda la desnudez de un niño... Y lo único que continúo percibiendo es esta pura y sosegada inmensidad...
Supremo, Tú respondiste a mi plegaria, Tú me concediste lo que te pedí: el «yo» desapareció, sólo queda el instrumento dócil puesto a Tu servicio, centro de concentración y de manifestación de Tus infinitos y eternos rayos. Tomaste mi vida y la hiciste Tuya, tomaste mi voluntad y la uniste a la Tuya, tomaste mi amor y lo identificaste con el Tuyo, tomaste mi pensamiento y lo reemplazaste por Tu conciencia absoluta.
El cuerpo, maravillado, inclina la frente sobre el polvo, en muda y sumisa adoración.
Y nada más existe salvo Tú en el esplendor de Tu paz inmutable.
Pondicherry, 17 de Abril de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
O Supremo, Maestro todopoderoso, Realidad única, permite que ningún error, ninguna oscuridad, ninguna fatal ignorancia se deslicen en mi corazón y en mi pensamiento...
En la acción, la personalidad es la inevitable e indispensable intermediaria de Tu voluntad y de Tus fuerzas.
Entre más fuerte, más compleja, poderosa, individualizada y consciente es esta personalidad, más poderosa y útilmente puede servir el instrumento. Pero, debido al carácter mismo de la personalidad, fácilmente tiende a caer en la funesta ilusión de su existencia separada y a convertirse poco a poco en una pantalla entre Tú y aquello sobre lo que Tú quieres actuar. No al principio, en la manifestación, sino en la transmisión de vuelta; es decir, en lugar de ser, como todo fiel servidor, un intermediario que Te trae de regreso exactamente lo que es Tuyo —las fuerzas emitidas en respuesta a Tu acción—, la personalidad tiende a querer conservar para sí misma una parte de dichas fuerzas con la idea: «Soy yo quien ha hecho esto o aquello, es a mí a quien se agradece»... Perniciosa ilusión y oscura mentira que ahora han sido descubiertas y desenmascaradas. He ahí el gusano maléfico que corroe el fruto de la acción y falsea todos sus resultados.
O Supremo, mi dulce Maestro, Realidad única, disipa este sentimiento del «yo». Acabo de comprender que en tanto haya un universo manifiesto, el «yo» seguirá siendo necesario para Tu manifestación: desvanecer, o incluso disminuir o debilitar el
«yo», es privarte de Tu medio de manifestación, en todo o en parte. Pero lo que hay que suprimir radical y definitivamente es el pensamiento ilusorio, el sentimiento ilusorio, la ilusoria sensación del «yo» separado. En ningún momento, bajo ninguna circunstancia debemos olvidar que nuestro «yo» no tiene ninguna realidad por fuera de Ti.
O mi dulce Maestro, mi divino Señor, arranca de mi corazón esta ilusión para que Tu servidor se vuelva puro y fiel, y fiel e íntegramente Te traiga de regreso todo lo que es Tuyo. En silencio déjame contemplar y entender esta suprema ignorancia y disolverla para siempre. Ahuyenta la sombra de mi corazón y que en él reine Tu luz, su indiscutible soberana.
12 de Mayo de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
Cada vez más tengo la impresión de que estamos en uno de esos periodos de actividad en los que se hace evidente el fruto de esfuerzos pasados —un periodo en el que actuamos de acuerdo con Tu ley, en la medida en que es la controladora soberana de nuestro ser, sin siquiera disponer de tiempo libre para tomar conciencia de dicha ley.
Esta mañana, mientras tenía una rápida experiencia que me llevó de hondura en hondura, pude, una vez más, como de costumbre, identificar mi conciencia con la Tuya y no vivir sino en Ti —de hecho, eras sólo Tú quien vivía; pero de inmediato Tu voluntad haló mi conciencia hacia el exterior, hacia la obra que hay que llevar a cabo, y me dijiste: «Sé el instrumento que requiero». ¿Y no es acaso esta la última renuncia, renunciar a la identificación contigo, renunciar a la alegría dulce y pura de ya no hacer distinción entre Tú y yo, la alegría de saber a cada instante, no sólo con el intelecto sino mediante una experiencia integral, que Tú eres la única Realidad y que todo el resto no es más que apariencia e ilusión? Que el ser exterior sea un dócil instrumento que ni siquiera necesite ser consciente de la voluntad que lo mueve, eso no hay que dudarlo; ¿pero por qué debo estar casi enteramente identificada con el instrumento en lugar de que el «yo» esté fundido en Ti y viva Tu conciencia plena y absoluta?
Formulo la pregunta, pero no me preocupo. Sé que todo es de acuerdo con Tu voluntad y a ella me encomiendo alegremente con una adoración pura. Lo que quieras de mí, O Supremo, eso seré, consciente o inconsciente, un simple instrumento como es el cuerpo, o un conocimiento supremo como Tú mismo eres.
Cómo es dulce y apacible el gozo de poder decir «Todo está bien» y sentirte obrando sobre el mundo a través de todos los elementos que se prestan para la transmisión.
Tú eres el soberano Dueño de todo, eres la Inaccesible, la Incognoscible, la eterna y sublime Realidad.
O maravillosa Unidad, en Ti desaparezco.
21 de Mayo de 1914
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Por fuera de toda manifestación, en el inmutable silencio de la eternidad, estoy en Ti, Supremo, en inmóvil beatitud. Dentro de eso que, a partir de Tu potencia y de Tu luz maravillosa, forma el centro y la realidad de los átomos de la materia, yo Te encuentro; y así, sin dejar Tu Presencia divina, puedo desaparecer en Tu Conciencia suprema, o verte en las radiantes partículas de mi ser. Y por el momento esa es la plenitud de Tu vida y de Tu iluminación.
Te veo, soy Tú, y entre esos dos extremos mi intenso amor aspira más de Ti.
22 de Mayo de 1914
Este plegaria
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Después de haber discernido sucesivamente lo que es real de lo que es irreal en todos los estados del ser y en todos los mundos de la vida, después de haber llegado a la perfecta e integral certeza de la única Realidad, debemos volver nuestra mirada desde lo alto de esta Conciencia Suprema hacia el agregado individual que le sirve de instrumento inmediato a Tu manifestación en la Tierra y no ver en él más que a Ti —nuestra única existencia real. Así cada átomo de este agregado se despertará para recibir Tu sublime influencia; la ignorancia y las tinieblas desaparecerán no sólo de la conciencia central del ser, sino también de su más externo modo de expresión. Es sólo mediante la consecución y el perfeccionamiento de esta faena de transfiguración que podrá manifestarse la plenitud de Tu Poder, de Tu Luz y de Tu Amor.
Supremo, Tú me haces entender esta verdad cada vez con mayor claridad; condúceme paso a paso a lo largo del camino. Todo mi ser hasta en su más mínimo átomo aspira al perfecto conocimiento de Tu presencia y a una completa comunión con ella. Que todo obstáculo desaparezca, que Tu saber divino remplace en todo lugar las tinieblas de la ignorancia. Así como has iluminado la conciencia central, la voluntad del ser, ilumina también esta sustancia exterior. Y que la individualidad integral, desde su origen primero y su esencia hasta su última proyección y su cuerpo más material, se unifique en una perfecta percatación y una completa manifestación de Tu única Realidad.
Nada es en el universo salvo Tu Vida, Tu Luz, Tu Amor.
¡Que todo resplandezca y sea transfigurado al conocer Tu Verdad!
Tu amor divino inunda mi ser; Tu suprema luz resplandece en cada célula; todo exulta porque Te conoce y porque es uno Contigo.
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Después de haber discernido sucesivamente lo que es real de lo que es irreal en todos los estados del ser y en todos los mundos de la vida, después de haber llegado a la perfecta e integral certeza de la única Realidad, debemos volver nuestra mirada desde lo alto de esta Conciencia Suprema hacia el agregado individual que le sirve de instrumento inmediato a Tu manifestación en la Tierra y no ver en él más que a Ti —nuestra única existencia real. Así cada átomo de este agregado se despertará para recibir Tu sublime influencia; la ignorancia y las tinieblas desaparecerán no sólo de la conciencia central del ser, sino también de su más externo modo de expresión. Es sólo mediante la consecución y el perfeccionamiento de esta faena de transfiguración que podrá manifestarse la plenitud de Tu Poder, de Tu Luz y de Tu Amor.
Supremo, Tú me haces entender esta verdad cada vez con mayor claridad; condúceme paso a paso a lo largo del camino. Todo mi ser hasta en su más mínimo átomo aspira al perfecto conocimiento de Tu presencia y a una completa comunión con ella. Que todo obstáculo desaparezca, que Tu saber divino remplace en todo lugar las tinieblas de la ignorancia. Así como has iluminado la conciencia central, la voluntad del ser, ilumina también esta sustancia exterior. Y que la individualidad integral, desde su origen primero y su esencia hasta su última proyección y su cuerpo más material, se unifique en una perfecta percatación y una completa manifestación de Tu única Realidad.
Nada es en el universo salvo Tu Vida, Tu Luz, Tu Amor.
¡Que todo resplandezca y sea transfigurado al conocer Tu Verdad!
Tu amor divino inunda mi ser; Tu suprema luz resplandece en cada célula; todo exulta porque Te conoce y porque es uno Contigo.
26 de Mayo de 1914
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Sobre la superficie arrecia la tormenta, el mar está embravecido, las olas se chocan y se remontan una sobre otra y se rompen con fuerte estrépito. Pero todo el tiempo, bajo esta agua enfurecida, están las vastas extensiones sonrientes, apacibles e inmóviles que miran la agitación de la superficie como un acto indispensable, porque es necesario que la materia sea batida vigorosamente para que se vuelva capaz de manifestar la luz divina con integridad. Detrás de la fachada de perturbación, detrás del forcejeo y la angustia del conflicto, la conciencia permanece firme en su puesto, observando todos los movimientos del ser exterior, interviniendo sólo para rectificar la dirección y la posición, para no dejar que el juego se torne demasiado dramático. Esta intervención es a ratos categórica, un poco severa, y a ratos irónica, un llamado al orden o una burla siempre rebosante de esta sólida, delicada, tranquila y sonriente benevolencia.
En el silencio experimento Tu Deleite infinito y eterno.
Luego suavemente se eleva hacia Ti una plegaria desde aquello que continúa en la sombra y la contienda: O dulce Dueño, Supremo Iluminador, Supremo Purificador, permite que toda sustancia y toda actividad no sean más que la constante manifestación de Tu Amor divino y de Tu Serenidad soberana.
Y en mi corazón canta la alegría de Tu sublime magnificencia...
27 de Agosto de 1914
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Ser el divino amor, amor poderoso, infinito, insondable, en todas las actividades, en todos los mundos del ser: es eso lo que Te imploro, Supremo. ¡Deja que me consuma este divino amor, amor poderoso, infinito, insondable, en todas las actividades, en todos los mundos del ser! Transfórmame en ese brasero ardiente para que toda la atmósfera terrestre sea purificada por su llama.
Oh, ser Tu Amor infinitamente...
31 de Agosto de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
En este formidable desconcierto y esta terrible destrucción se puede ver una gran obra, una labor necesaria preparando la Tierra para una nueva simiente que se levantará en maravillosas espigas y le dará al mundo la espléndida cosecha de una nueva raza... La visión es clara y precisa, el plan de Tu divina ley está tan nítidamente trazado que la paz ha regresado a instalarse soberana en los corazones de los trabajadores. No hay más dudas ni más vacilaciones, no más angustia ni impaciencia; sólo la gran línea recta de la obra que se cumple eternamente, contra viento y marea, a pesar de todas las apariencias contrarias, no obstante todos los ilusorios rodeos. Estas personalidades físicas, inaprensibles instantes en el infinito Devenir, saben que ellas le habrán hecho dar un paso más a la humanidad, infaliblemente y sin preocuparse por los inevitables resultados, cualquiera que sean las aparentes consecuencias momentáneas: ellas se unen a Ti, o Maestro eterno, ellas se unen a Ti, o Madre universal, y en esta doble identificación con Eso que está más allá de toda manifestación y Eso que es toda la manifestación, degustan la alegría infinita de la perfecta certeza.
Paz, paz, paz, en todo el universo...
La guerra es una apariencia,
La turbulencia es una ilusión,
La paz está ahí, inmutable.
O Madre, dulce Madre que soy, Tú eres a la vez la destructora y la constructora.
El universo entero vive en Tu seno su vida innumerable y Tú vives Tu inmensidad en el más pequeño de sus átomos.
Y la aspiración de Tu infinitud se gira hacia Aquello no manifiesto para implorar siempre una más completa y más perfecta manifestación.
Todo es —a la vez, en una total Conciencia triple y clarividente— lo Individual, lo Universal, lo Infinito.
1 de Septiembre de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
O divina Madre, con qué fervor, con qué ardiente amor fui hacia Ti en Tu más profunda conciencia, en Tu más alto estado de amor sublime y de felicidad perfecta, y me acurruqué tan apretadamente entre Tus brazos y Te amé con un amor tan intenso que me convertí definitivamente en Ti. Entonces una voz surgida de una profundidad aún más honda se hizo sentir en el silencio de nuestro mudo éxtasis y la voz dijo: «Vuélvete hacia aquellos que tienen necesidad de Tu amor». Y aparecieron todos los grados de conciencia, todos los mundos sucesivos. Unos eran espléndidos y luminosos, ordenados y claros; en ellos el conocimientos era resplandeciente, la expresión armoniosa y vasta, la voluntad potente e invencible. Luego los mundos se ensombrecían en una multiplicidad cada vez más caótica; la Energía se volvía violenta y el mundo material oscuro y doloroso. Y cuando en nuestro amor infinito percibimos integralmente el horrible sufrimiento del mundo de la ignorancia y de la miseria, cuando vimos a nuestros hijos atrapados en un tenebroso conflicto, lanzados unos contra otros por energías descarriadas de su verdadero propósito, quisimos ardientemente que se manifestara la transformadora luz del Amor Divino en el centro de estos enloquecidos elementos... Y para que la Voluntad fuera aún más poderosa y más efectiva, nos giramos hacia Ti, impensable Supremo, e imploramos Tu auxilio. Y desde las profundidades insondables de lo Ignoto llegó una respuesta formidable y sublime y supimos que la Tierra ESTABA A SALVO.
25 de Septiembre de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
O divina y adorable Madre, con Tu ayuda, ¿qué hay imposible? La hora de las realizaciones se acerca y Tú nos has asegurado Tu ayuda para que podamos efectuar integralmente la suprema Voluntad.
Tú nos has aceptado como adecuados intermediarios entre las realidades impensables y las relatividades del mundo físico, y Tu constante Presencia entre nosotros es una muestra de Tu activa colaboración.
El Supremo ha querido y Tú ejecutas:
Una Luz nueva despuntará sobre la Tierra.
Un mundo nuevo nacerá,
Y lo prometido se cumplirá.
28 de Septiembre de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
Mi pluma está muda para cantar Tu presencia, Supremo; no obstante, Tú eres como un rey que ha tomado entera posesión de su reino. Tú estás ahí, organizando, poniendo todo en su lugar, desarrollando y acrecentando cada provincia. Despiertas a los que estaban dormidos; vuelves activos a los que tendían a la inercia; estás construyendo una armonía a partir de la totalidad. Llegará el día en que esta armonía se habrá establecido y la comarca entera, por vida propia, será la portadora de Tu palabra y de Tu manifestación.
¡Pero mientras tanto mi pluma está muda para cantar Tus alabanzas!
30 de Septiembre de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
Supremo, Tú derribaste las barreras del pensamiento y la realización apareció en toda su amplitud. No olvidar ninguno de sus aspectos, efectuarlos a la vez, sin descuidar ninguno, no permitir que ninguna limitación, que ninguna restricción se interponga en el camino y retrase nuestra marcha, eso es lo que nos ayudarás a hacer con Tu suprema intervención. Y todos aquellos que son Tú mismo, que Te manifiestan en la perfección de alguna actividad especial, serán también nuestros colaboradores, dado que tal es Tu Voluntad.
Nuestra Divina Madre está con nosotros y nos ha prometido la identificación con la conciencia suprema y total —desde las profundidades insondables hasta el mundo sensorial más exterior. Y en todos estos dominios Agni nos asegura el concurso de su llama purificadora, destruyendo todos los obstáculos, atizando las energías, estimulando las voluntades, con el fin de apresurar la realización. Indra está con nosotros para perfeccionar la iluminación en nuestro conocimiento; y el divino Soma nos ha transformado en su infinito, soberano, maravilloso amor, productor de beatitudes supremas...
O divina y dulce Madre, me inclino ante Ti con una inefable y concentrada ternura, con una ilimitada confianza.
O espléndido Agni, Tú que estás tan vivo dentro de mí, Te llamo, Te invoco para que estés más vivo aún, para que Tu hoguera se haga más inmensa, Tus llamas más poderosas y más altas, para que todo el ser sea tan sólo una combustión ardiente, una pira purificadora.
O Indra, Te venero y Te admiro, Te imploro que Te unas a mí, que derrumbes definitivamente todas las barreras del pensamiento, que me otorgues el divino conocimiento.
*O Tú, Sublime Amor, a quien nunca le di otro nombre, pero que eres por completo la esencia misma de mi ser, Tú a quien siento vibrante y vivo en el más pequeño de mis átomos al igual que en el universo infinito y más allá, Tú que respiras en cada aliento, que palpitas en el corazón de todas las actividades, que irradias a través de todas las buenas voluntades y Te escondes detrás de todos los sufrimientos, Tú a quien rindo un culto sin límites cuya intensidad siempre va en aumento, permite que cada vez pueda con mayor razón sentirme íntegramente Tú.
Y Tú, Supremo, que eres todo eso reunido en uno y mucho más, Dueño soberano, límite extremo de nuestro pensamiento, Tú que Te hallas para nosotros en el umbral de lo Desconocido, haz surgir de ese Impensable algún esplendor nuevo, alguna posibilidad de realización más elevada y más integral, con el fin de que Tu obra se lleve a cabo y que el universo dé un paso más hacia la sublime Identificación, la suprema Manifestación.
5 de Octubre de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
En el tranquilo silencio de Tu contemplación, O Divino Dueño, la Naturaleza se fortalece y se vuelve a templar. Sobrepasando todo principio de individualidad, ella se sumerge en Tu infinitud que permite llevar a cabo la unidad en todos los dominios sin desorden y sin confusión. La armoniosa combinación de lo que persiste con lo que progresa y lo que es eternamente, se efectúa poco a poco dentro de un equilibrio siempre más complejo, más expandido y más elevado. Y este intercambio de los tres modos de vida hace posible la plenitud de la manifestación.
Muchos Te buscan a esta hora con angustia e incertidumbre. Ojalá yo pueda ser su mediadora ante Ti para que Tu luz los ilumine y Tu paz los apacigüe. Mi ser ya es tan sólo un punto de apoyo para Tu acción y un centro para Tu conciencia. ¿Dónde quedaron los límites, qué se han hecho los obstáculos? Tú eres el soberano Señor de Tu reino.
7 de Octubre de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
¡Oh, que la luz se expanda sobre la Tierra y que la paz habite todos los corazones!... Casi todos conocen sólo la vida material, pesada, inerte, conservadora, oscura. Sus fuerzas vitales están tan apegadas a esta forma física de existencia que, aun libradas a sí mismas y por fuera del cuerpo, siguen ocupándose únicamente de las contingencias materiales a pesar de lo dolorosas y fatigantes que son. Aquellos en quienes se ha despertado la vida mental son inquietos, atormentados, agitados, arbitrarios, despóticos. Atrapados por completo en el torbellino de transformaciones y de renovaciones que sueñan, están listos a destruirlo todo sin saber en qué apoyarse para construir, y así, con su luz hecha de rayos enceguecedores, aumentan todavía más la confusión, en lugar de hacerla cesar.
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A todos les hace falta la paz invariable de Tu soberana contemplación, la tranquila visión de Tu eternidad inmutable.
Y con la infinita gratitud del ser individual al que le has otorgado esta gracia insigne, Te imploro, Supremo, que aprovechando la agitación actual, en el seno de esta extrema confusión, el milagro se realice, y Tu ley de serenidad suprema y de luz invariable y pura se vuelva perceptible para todos y gobierne la Tierra en una humanidad finalmente despierta a Tu divina conciencia.
O dulce Dueño, escuchaste mi plegaria y responderás a mi llamado.
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14 de Octubre de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
Divina Madre, Tú estás con nosotros; todos los días me lo aseguras y, estrechamente unidas en una identificación que se hace cada vez más total y más constante, nos giramos hacia el Supremo del Universo y hacia Eso que está más allá llenos de aspiración por la nueva Luz. La Tierra entera está en nuestros brazos como un niño enfermo al que hay que sanar y por el que sentimos un afecto especial justamente debido a su malestar.
Acunados en la inmensidad de eternos devenires, siendo nosotros precisamente esos devenires, contemplamos con mudez y gozo la eternidad del Silencio inmóvil, donde todo se realiza en la Conciencia perfecta y la Existencia inalterable, puerta milagrosa a todo lo desconocido que está más allá.
Entonces el velo se rasga, la Gloria inexpresable se descubre y, totalmente impregnados del Esplendor inenarrable, nos giramos de nuevo hacia el mundo para traerle las buenas nuevas.
Supremo, Tú me has proporcionado la felicidad infinita. ¿Qué ser, qué circunstancia tendría el poder de quitármela?
25 de Octubre de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
Mi aspiración a Ti, Supremo, ha tomado la forma de una bella rosa, armoniosa, florecida y perfumada. Te la extiendo con mis dos brazos en un gesto de ofrenda y Te pido: si mi comprensión es limitada, amplíala; si mi conocimiento es oscuro, acláralo; si mi corazón carece de ardor, incéndialo; si mi amor es mediocre, intensifícalo; si mis sentimientos son ignorantes y egoístas, dales la plena conciencia en la Verdad. Y el «yo» que esto te pide, Supremo, no es una insignificante personalidad perdida entre millones de otras. Es la Tierra entera la que aspira a Ti en un movimiento lleno de fervor.
En el silencio perfecto de mi contemplación todo se expande hasta el infinito, y en la paz perfecta de ese silencio Tú apareces en la resplandeciente gloria de Tu luz.
8 de Noviembre de 1914
Este plegaria | Escucha aqui |
¡Por la plenitud de Tu Luz Te invocamos, O Señor! Despierta en nosotros el poder de expresarte.
Todo está mudo en el ser como en una cripta desierta; pero en el corazón de la sombra, en el seno del silencio está encendida la lámpara que no se extingue nunca, el fuego de la ardiente aspiración por conocerte y vivirte integralmente.
Las noches siguen a los días, las auroras se suceden incansablemente, pero sin cesar se alza la llama perfumada que ningún viento de tormenta puede hacer vacilar. Se alza cada vez más alto y un día alcanza la bóveda aún cerrada, el último obstáculo que se opone a nuestra unión. Y la llama es tan pura, tan recta y tan altiva que el obstáculo se disuelve de inmediato.
Entonces Tú apareces en todo Tu esplendor, en la fuerza deslumbrante de Tu gloria infinita; al contacto Contigo la llama se transforma en una columna de luz que hace desvanecer las sombras para siempre.
Y brota la Palabra, una revelación suprema.
Año : 1915
15 de Febrero de 1915
Este plegaria | Escucha aqui |
Señor de la Verdad, en tres ocasiones Te invoqué con gran fervor implorando que Te manifestaras.
Luego, como siempre, todo el ser Te rindió su entera sumisión. En ese momento la conciencia percibió al ser individual mental, vital y físico, enteramente recubierto de polvo, y este ser se arrodilló ante Ti, tocando con la frente la tierra, polvo sobre el polvo, y te suplicó: «O Señor, este ser hecho de polvo se prosterna ante Ti pidiéndote que lo consuma el fuego de la Verdad para que desde ahora pueda manifestarte sólo a Ti».
Entonces Tú le dijiste: «Levántate, eres puro de todo polvo». Y súbitamente, de un solo golpe, todo el polvo se desprendió como un abrigo que cae al piso, y el ser apareció erguido, siempre tan sustancial, pero resplandeciente con una luz cegadora.
3 de Marzo de 1915
Este plegaria | Escucha aqui |
A bordo del Kamo Maru
*Soledad... una acre, intensa soledad, y esta constante y fuerte impresión de haber sido lanzada de cabeza a un infierno de oscuridad. Nunca, en ningún momento de mi vida, bajo ninguna circunstancia, sentí que vivía en un medio tan totalmente opuesto a todo aquello de lo que tengo conciencia como verdadero, tan contrario a todo cuanto es la esencia de mi vida. Por momentos, cuando la impresión y el contraste se hacen particularmente intensos, no puedo evitar que mi total sumisión se tiña de melancolía, y que el tranquilo y mudo coloquio con el Maestro interior se transforme por un instante en una invocación que casi suplica: «Supremo, ¿qué he hecho para que me lances así a la sombría Noche?». Pero de inmediato la aspiración se alza aún más ardiente: «Ahórrale a este ser toda flaqueza; permítele ser el instrumento dócil y clarividente de Tu obra, cualquiera que sea».*
Por ahora falta la clarividencia; jamás el futuro estuvo más velado. En lo que concierne a los destinos de los individuos, es como si avanzáramos hacia un muro alto e impenetrable. En cuanto a los destinos de las naciones y de la Tierra, se distinguen mejor. Pero de ellos es inútil hablar: el futuro los revelará claramente ante los ojos de todos, incluso de los más ciegos.
7 de Marzo de 1915
Este plegaria | Escucha aqui |
Se acabó el tiempo del dulce silencio mental, tan apacible y puro, a través del cual se hacía sentir la profunda voluntad que se expresaba en su verdad todopoderosa. Ahora la voluntad ya no se percibe; y el mental, necesariamente activo de nuevo, analiza, clasifica, juzga, escoge, reacciona sin parar como un agente transformador de todo lo que se impone a la individualidad, lo bastante expandida para estar en contacto con un mundo infinitamente vasto y complejo, un mundo mezclado de luz y sombra como todo lo que pertenece a la Tierra. *Estoy exiliada de cualquier dicha espiritual, y entre todas las pruebas, Supremo, esta es sin duda la más dolorosa que puedes imponer: pero sobre todo el repliegue de Tu voluntad, que pareciera un signo de total desaprobación. Fuerte es la creciente impresión de rechazo, y se necesita todo el ardor de una fe incansable para que un irremediable dolor no invada la conciencia exterior abandonada de esta manera a sí misma...
Pero ella se rehúsa a desesperar, se rehúsa a creer que el infortunio es irreparable; aguarda con humildad en un esfuerzo y una lucha oscuros y ocultos a que el aliento de Tu perfecta alegría la penetre de nuevo. Y quizás cada una de sus modestas y secretas victorias sea una verdadera ayuda aportada a la Tierra...
¡Si fuera posible salir definitivamente de esta conciencia exterior, refugiarse en la conciencia divina! Pero Tú lo prohibiste, y todavía y siempre lo prohíbes. ¡Nada de huir fuera del mundo! Hay que cargar el fardo de su oscuridad y fealdad hasta el final aunque parezca que todo auxilio divino ha sido retirado. Debo quedarme en la oquedad de la Noche y seguir andando sin brújula, sin faro, sin guía interior...
Ni siquiera imploraré Tu misericordia; porque eso que Tú quieres para mí, también yo lo quiero. Toda mi energía se tensa únicamente para avanzar, avanzar siempre un paso tras otro, a pesar de la profundidad de las tinieblas, a pesar de los obstáculos del camino, y sea lo que sea que llegue, Supremo, es con un amor ferviente e invariable que Tu decisión será recibida. Incluso si encontraras que el instrumento es impropio para servirte, el instrumento ya no se pertenece, es Tuyo; puedes destruirlo o magnificarlo, no existe en sí mismo, nada quiere, nada puede sin Ti.*
8 de Marzo de 1915
Este plegaria | Escucha aqui |
La condición general es de calmada y profunda indiferencia; el ser no siente ni deseo ni repulsión, ni entusiasmo ni depresión, ni alegría ni pena. Mira la vida como un espectáculo en el que toma una pequeña parte; percibe las acciones y reacciones, los conflictos y las fuerzas como si le pertenecieran a su propia existencia, que desborda la pequeña personalidad por todos los costados, y a la vez como si fueran del todo ajenos y remotos a esa personalidad.
Pero cada tanto un gran hálito pasa, un gran hálito de dolor, de angustiado aislamiento, de despojo espiritual —se diría casi el llamado desesperado de la Tierra abandonada por el Divino. Es una pena tan silenciosa como cruel, una pena sumisa, sin rebeldía, sin el deseo de evitarse o de desvanecerse y llena de una infinita dulzura en la que se enlazan íntimamente el sufrimiento y la felicidad; algo infinitamente vasto, grande y profundo; demasiado grande, demasiado profundo quizás para que los hombres lo comprendan —algo que contiene la semilla del Por-‐venir...
Año : 1916
26 de Diciembre de 1916
Este plegaria | Escucha aqui |
Siempre la palabra que me haces escuchar en el silencio es dulce y alentadora, Supremo. Pero no veo en qué este instrumento sea digno de la gracia que le concedes ni cómo tendrá la capacidad de realizar lo que esperas de él. Todo en él parece tan pequeño, tan débil, tan cualquier cosa, tan falto de intensidad, tan sin fuerza ni amplitud comparado con lo que debería ser para llevar a cuestas este abrumador papel. Pero sé que importa poco lo que piense el mental. El propio mental lo sabe y, pasivo, aguarda el desenvolvimiento de Tu decreto.
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Tú me ordenas que luche sin cesar, y yo querría tener ese ardor indomable que prevalece sobre toda dificultad. Pero has puesto en mi corazón una paz tan sonriente que me temo que ya ni siquiera sé luchar. Las cosas, facultades y actividades, se desarrollan en mí como flores que se abren, espontáneamente y sin esfuerzo, en la alegría de ser y de crecer, la alegría de manifestarte cualquiera que sea el modo de Tu manifestación. Y si hay lucha, es tan fácil y tan dulce que apenas si se le puede dar ese nombre. ¡Pero qué pequeño es este corazón para contener tanto amor! ¡Y qué débil es este ser vital y físico para asumir el poder de distribuirlo! Me has situado así en el umbral de la maravillosa Vía, ¿pero tendrán mis pies la fuerza de recorrerla?... Me respondes que lo mío es sobrevolar y que sería un error que quisiera caminar... O Supremo, ¡qué infinita es Tu compasión! Me tomaste de nuevo en Tus omnipotentes brazos y me acunaste en Tu corazón insondable, y ese corazón me dijo:
«No te atormentes, ten la confianza de un niño: ¿acaso no eres yo mismo cristalizado para mi obra?».
27 de Diciembre de 1916
Este plegaria | Escucha aqui |
O mi bien amado Señor, mi corazón está inclinado ante Ti y mis brazos están tendidos hacia Ti implorando que hagas arder todo este ser en Tu sublime amor para que desde allí pueda irradiar sobre el mundo. Mi corazón está abierto de par en par en mi pecho; está abierto y volcado hacia Ti, está abierto y vacío para que puedas llenarlo de Tu amor divino; está vacío de cualquier otra cosa aparte de Ti, y Tu presencia lo colma por completo y sin embargo lo deja vacío, porque él aún puede contener toda la infinita variedad del mundo manifiesto...
O Supremo, mis brazos se extienden suplicantes hacia Ti y mi corazón está abierto de par en par ante Ti para que hagas de él un reservorio de Tu amor infinito.
«Ámame en cada cosa, en cada lugar y en cada ser», fue Tu respuesta. De rodillas Te pido que me des ese poder.
Año : 1917
30 de Marzo de 1917
Este plegaria | Escucha aqui |
*Hay una realeza soberana en no preocuparse para nada de sí mismo. Tener necesidades es afirmar una debilidad; reclamar algo demuestra que carecemos de ese algo. Desear es ser impotentes; es reconocer nuestras limitaciones y admitir nuestra incapacidad para superarlas.
Aunque sólo fuera desde la óptica de una legítima dignidad, el hombre debería ser lo suficientemente noble como para renunciar al deseo. ¡Qué humillación pedirle algo para sí mismo a la vida o a la Conciencia Suprema que la anima! ¡Qué humillación para nosotros, qué ofensiva ignorancia para Ella!
Porque todo está a nuestro alcance, sólo los límites egoístas de nuestro ser nos impiden disfrutar de todo el universo tan completa y tan concretamente como de nuestro propio cuerpo y de su entorno inmediato.*
Esa debería ser también nuestra actitud con respecto a los medios de acción.
O Tú, que resides en mi corazón y diriges todo mediante Tu suprema Voluntad, Tú me dijiste hace un año que cortara todos los puentes y me lanzara de cabeza a lo Desconocido, como hizo César cuando cruzó el Rubicón: era el Capitolio o la Roca Tarpeya.
Tú encubriste a mis ojos el resultado del acto. Todavía hoy lo mantienes secreto; y sin embargo sabes que mi ecuanimidad de alma sigue siendo la misma ante la grandeza o la miseria.
Tú has querido que el futuro sea incierto para mí, y que yo avance con confianza sin siquiera saber a dónde llevará la ruta.
Tú has querido que Te encomiende enteramente el cuidado de mi destino y que abdique por completo de toda preocupación personal.
No cabe duda de que mi camino debe ser virgen incluso para mi pensamiento.
31 de Marzo de 1917
Este plegaria | Escucha aqui |
Cada vez que un corazón se estremece con Tu aliento divino un poco más de belleza parece nacer sobre la Tierra, el aire se aroma de un dulce perfume, todo se vuelve más amigable.
Cuánta es Tu potencia, O Señor de todas las existencias, que un átomo de Tu gozo basta para borrar tantas sombras y dolores, que un rayo de Tu gloria puede así iluminar el más monótono guijarro, la más oscura conciencia.
Tú me has colmado de Tus favores, me has develado tantos secretos, me has hecho degustar tantas dichas insospechadas, inesperadas, pero ninguna de Tus gracias puede igualar la que me otorgas cuando un corazón se estremece con Tu aliento divino...
En esos instantes benditos toda la Tierra canta un himno de júbilo, la hierba se agita de placer, el aire vibra de luz, los árboles dirigen al cielo su plegaria más ardiente, el canto de los pájaros se vuelve un cántico, las olas del mar se encrespan de amor, la sonrisa de los niños habla del infinito, las almas de los hombres asoman a sus ojos.
Dime: ¿me dispensarás el poder maravilloso de hacer nacer esta aurora en los corazones atentos, de despertar las conciencias a Tu sublime Presencia, de suscitar un poco de Tu verdadero Paraíso en este mundo tan triste y tan desmantelado? ¿Qué felicidades, qué riquezas, qué poderes terrestres pueden igualar este don soberano?...
O Supremo, jamás Te he implorado en vano, porque eres Tú mismo en mí quien habla Consigo mismo...
Gota a gota Tú dejas caer en una lluvia fecunda la llama viva y redentora de Tu amor todopoderoso. Mientras estas gotas de luz eterna caen dulcemente sobre nuestro mundo de oscura ignorancia, se diría que una a una llueven sobre la Tierra las doradas estrellas del negro firmamento.
Y todo se arrodilla en muda devoción ante este siempre renovado milagro.
7 de Abril de 1917
Este plegaria | Escucha aqui |
Una gran concentración se adueñó de mí y me percaté de que me estaba identificando con una flor de cerezo, luego por su intermedio con todas las demás flores de cerezo, y, al descender más hondo en la conciencia, siguiendo una corriente de fuerza azulosa, me convertí de golpe en el propio cerezo que extendía hacia el cielo con igual número de brazos sus incontables ramas cargadas con su ofrenda florida. Entonces oí claramente esta frase:
«Así te has unido al alma de los cerezos y de esta suerte has podido constatar que es el Divino quien le ofrece al cielo esta plegaria de flores».
Cuando la terminé de escribir, todo se borró; pero ahora la sangre del cerezo corre por mis venas y con ella una paz y una fuerza incomparables. ¿Qué diferencia hay entre el cuerpo humano y el cuerpo de un árbol? Ninguna, en verdad: la conciencia que los anima es idénticamente la misma.
Luego el cerezo me susurró al oído:
«En la flor del cerezo está el remedio para los malestares de la primavera».
28 de Abril de 1917
Este plegaria | Escucha aqui |
O mi divino Dueño, Tú que Te me apareciste esta noche en todo Tu radiante esplendor, Tú puedes en un instante hacer de este un ser perfectamente puro, luminoso, traslúcido, consciente. Tú puedes liberarlo de sus últimas tachas de sombra, Tú puedes eximirlo de sus últimas preferencias. Tú puedes... ¿pero acaso no lo hiciste esta noche, mientras Tus irradiaciones divinas y Tu indescriptible claridad lo penetraban? Quizás... porque en mí hay una fuerza sobrehumana toda hecha de calma y de inmensidad. Permite que yo no caiga de esta cima; permite que la Paz reine siempre como dueña de mi ser, no sólo en las profundidades, donde es la soberana desde hace ya mucho tiempo, sino en la más mínima de mis actividades exteriores, en los minúsculos repliegues de mi corazón y de mi acción.
¡Te saludo, Supremo, Libertador de seres!
«He aquí flores y bendiciones; he aquí las sonrisas del Amor divino, sin preferencias ni repulsiones; el que fluye hacia todos en generoso torrente y nunca recauda sus dones maravillosos».
Y con los brazos extendidos en un gesto de éxtasis, la Madre Eterna derrama sobre el mundo el rocío incesante de Su más puro amor...
Tokio, 24 de Septiembre de 1917
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Me has sometido a una dura disciplina; peldaño tras peldaño he subido la escalera que conduce a Ti y, en la cima del ascenso, me has hecho degustar la perfecta delicia de identificarme Contigo. Luego, obedeciendo Tu orden, peldaño a peldaño he descendido hasta las actividades exteriores y los estados de conciencia externos y he vuelto a entrar en contacto con estos mundos que abandoné para descubrirte. Y ahora que he regresado a la base de la escalera, todo es tan monótono, tan mediocre, tan neutro, en mí y a mi alrededor, que ya no comprendo...
¿Qué esperas entonces de mí, y para qué sirvió esta lenta y larga preparación, si todo ha de culminar en un resultado que la mayoría de los seres humanos alcanzan sin haberse sometido a ninguna disciplina?
¿Cómo es posible que después de haber visto todo lo que he visto, experimentado todo lo que he experimentado, después de haber sido llevada hasta el santuario más sagrado de Tu conocimiento y de la comunión Contigo, hagas de mí un instrumento tan completamente banal en circunstancias tan ordinarias? Verdaderamente, Supremo, tus fines son insondables y sobrepasan mi entendimiento.
¿Por qué, si has depositado en mi corazón el diamante puro de Tu Felicidad perfecta, permites que en la superficie se reflejen las sombras que vienen de fuera, y que así quede insospechado y, tal parece, ineficaz el tesoro de Paz que me has otorgado? En verdad todo esto es muy misterioso y confunde mi comprensión.
¿Por qué, si me has dado este gran silencio interior, permites que la lengua se ejercite tanto y que el pensamiento se ocupe de cosas tan futiles? ¿Por qué?... Podría seguir preguntando indefinidamente y, al parecer, siempre en vano...
Sólo tengo que inclinarme ante Tu decreto y aceptar mi condición sin decir palabra.
Ya no soy más que un espectador que observa al dragón del mundo desenrollar sus anillos sin fin.
15 de Octubre de 1917
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En mi desesperación apelé a Ti, Supremo, y Tú respondiste a mi llamado.
Mal haría en lamentarme de las circunstancias de mi existencia,
¿acaso no concuerdan con lo que soy?
Debido a que me condujiste al umbral de Tu esplendor y me hiciste disfrutar de Tu armonía, yo pensé que había alcanzado la meta: pero, a decir verdad, miraste Tu instrumento en la perfecta claridad de Tu luz y lo volviste a volcar en el crisol del mundo para fundirlo otra vez y purificarlo.
En estas horas de extrema y angustiada aspiración veo, siento que me jalonas a una rapidez vertiginosa por el camino de la transformación y todo mi ser vibra al contacto consciente con el Infinito.
Es así como me das la paciencia y la fuerza para sobrepasar esta nueva prueba.
25 de Noviembre de 1917
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O Supremo, porque en un momento de cruel congoja dije con la sinceridad de mi fe: «Que se haga Tu voluntad», Tú acudiste revestido de gloria. A Tus pies me prosterné y en Tu seno encontré abrigo. Llenaste mi ser con Tu divina claridad y lo inundaste de Tu felicidad. Me reafirmaste Tu alianza y me ratificaste Tu constante Presencia. Tú eres el amigo seguro que no falla, el Poder, el Sostén y el Guía. Tú eres la Luz que disipa las tinieblas y el Conquistador que garantiza la victoria. Desde que estás allí, todo se ha aclarado. Agni se reavivó en mi fortalecido corazón, y su esplendor irradia y centellea en la atmósfera y la purifica...
Mi amor por Ti, comprimido durante tanto tiempo, emergió de nuevo, poderoso, soberano, irresistible —diez veces acrecentado por la dura prueba que soportó. Encontró fuerza en la reclusión, la fuerza de emerger a la superficie del ser, de imponerse como rector sobre la conciencia entera, de absorberlo todo en su desbordado caudal...
Tú me dijiste: «Estoy de regreso para no dejarte nunca más».
Y tocando el suelo con la frente acogí Tu promesa.
Año : 1918
12 de Julio de 1918
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*De repente, frente a Ti, todo mi orgullo se desplomó. Entendí hasta qué punto era fútil, en Tu Presencia, querer sobreponerse, y lloré, lloré copiosamente y sin contenerme las lágrimas más dulces de mi vida...* ¡Ah sí, cómo fueron de refrescantes, de tranquilizadoras y suaves esas lágrimas que vertí en frente Tuyo sin vergüenza ni discreción! ¿Como una niña en los brazos de su padre? ¡Pero qué Padre! ¡Qué sublimidad, qué magnificencia, qué inmensidad de comprensión! ¡Y qué poderío, qué plenitud en la respuesta! Sí, esas lágrimas fueron como rocío santo.
¿Acaso porque no lloraba por una pena propia? *Ah, dulces y benéficas lágrimas que abrieron mi corazón sin miramiento ante Ti y deshicieron en un instante milagroso todos los obstáculos restantes que podían separarme de Ti!*
Unos días atrás había sabido, había oído: «Si lloras sin reserva ni disimulo frente a Mí, muchas cosas cambiarán, se ganará una gran victoria». Y por eso cuando las lágrimas subieron desde mi corazón hasta mis ojos, vine a sentarme delante de Ti para dejarlas correr como una ofrenda, piadosamente. ¡Y cómo fue de dulce y reconfortante la ofrenda!
*Y ahora, aunque ya no estoy llorando, me siento tan cerca, tan cerca de Ti que todo mi ser tiembla de alegría.
Permíteme balbucear mi homenaje:
Con la alegría de una niña Te invoqué:
«Supremo y único Confidente, ¡Tú que sabes de antemano todo lo que Te diremos porque eres su autor!
Tú me has dado a conocer las supremas, las sublimes alegrías de una confianza perfecta, de una serenidad absoluta, de un total abandono sin reserva ni disimulo, sin esfuerzo ni restricción».
¡Y dichosa como una niña, sonreí y a la vez lloré frente a Ti, mi Bien Amado!*
Año : 1919
Oiwaké, 3 de Septiembre de 1919
Este plegaria
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Como el hombre no quiso la comida que le había preparado con tanto amor y cuidado, invoqué al Dios para que la tomara.
Mi Dios, Tú aceptaste mi invitación, Tú viniste a sentarte a mi mesa, y a cambio de mi pobre y humilde ofrenda me concediste la liberación final. Mi corazón, hasta esta mañana tan cargado de angustia y preocupación, y mi cabeza, sobrecargada de responsabilidad, fueron liberados de su fardo. Ahora son ligeros y dichosos, como lo ha sido mi ser interior desde hace mucho tiempo. Mi cuerpo Te sonríe de felicidad como antes Te sonreía mi alma. Y con certeza de aquí en adelante Tú no me retirarás más esta alegría, ¡o mi Dios!, porque esta vez, creo, la lección ha sido suficiente, he remontado el calvario de las sucesivas decepciones lo bastante alto como para alcanzar la resurrección. De todo ese pasado no me queda más que un amor formidable que me proporciona el corazón puro de un niño y la liviandad y libertad de pensamiento de un dios.
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Como el hombre no quiso la comida que le había preparado con tanto amor y cuidado, invoqué al Dios para que la tomara.
Mi Dios, Tú aceptaste mi invitación, Tú viniste a sentarte a mi mesa, y a cambio de mi pobre y humilde ofrenda me concediste la liberación final. Mi corazón, hasta esta mañana tan cargado de angustia y preocupación, y mi cabeza, sobrecargada de responsabilidad, fueron liberados de su fardo. Ahora son ligeros y dichosos, como lo ha sido mi ser interior desde hace mucho tiempo. Mi cuerpo Te sonríe de felicidad como antes Te sonreía mi alma. Y con certeza de aquí en adelante Tú no me retirarás más esta alegría, ¡o mi Dios!, porque esta vez, creo, la lección ha sido suficiente, he remontado el calvario de las sucesivas decepciones lo bastante alto como para alcanzar la resurrección. De todo ese pasado no me queda más que un amor formidable que me proporciona el corazón puro de un niño y la liviandad y libertad de pensamiento de un dios.
Año : 1920
Pondicherry, 22 de Junio de 1920
Este plegaria | Escucha aqui |
Después de haberme concedido la dicha que sobrepasa toda expresión, o mi Supremo amado, me enviaste la dura prueba, la terrible dificultad, y también le sonreí, como a uno de Tus preciosos mensajeros. Tiempo atrás yo le tenía pavor al conflicto porque lesionaba en mí el amor por la paz y la armonía. Pero ahora, o mi Dios, gustosa lo recibo: es una de las formas de Tu acción, una de las mejores maneras de volver a exponer a la luz algunos elementos de la obra que de otro modo habrían sido olvidados; trae consigo un sentido de amplitud, de complejidad y de poderío. Y así como Te he visto, resplandeciente, suscitar el conflicto, asimismo es también a Ti a quien veo desenredar la maraña de los acontecimientos y de las tendencias en discordia y finalmente salir victorioso de todo lo que intenta velar Tu luz y Tu poder: pues de cada lucha es una realización más perfecta de Ti mismo la que debe surgir.
Año : 1931
24 de Noviembre de 1931
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O mi Señor, mi dulce Dueño, para llevar a cabo Tu obra me sumergí en las profundidades insondables de la Materia, toqué con mis dedos el horror de la falsedad y de la inconsciencia, llegué hasta el sitial del olvido y la oscuridad suprema. Pero en mi corazón estaba la Remembranza, y desde mi corazón prorrumpió la invocación que logró alcanzarte: «Señor, Señor, Tus enemigos parecen triunfar en todas partes; la mentira es la monarca del mundo; la vida sin Ti es una muerte, un perpetuo infierno; la duda ha usurpado el lugar de la Esperanza y la rebeldía ha expulsado a la Sumisión; la Fe allí está agotada, la Gratitud no ha nacido; las pasiones ciegas y los instintos asesinos y la debilidad culpable han velado y asfixiado Tu dulce ley de amor. Señor, ¿permitirás que prevalezcan Tus enemigos, que la mentira, la fealdad y el sufrimiento triunfen? Señor, da la orden de vencer y la Victoria se producirá. Yo sé que somos indignos, yo sé que el mundo aún no está listo. Pero Te imploro con una fe absoluta en Tu Gracia y sé que Tu Gracia nos salvará».
Así se lanzó mi plegaria en pos de Ti; y, desde las profundidades del abismo, Te vi aparecer en Tu radiante esplendor; Te hiciste presente y me dijiste: «No pierdas el coraje, sé firme, ten confianza, ESTOY EN CAMINO».
Año : 1937
23 de Octubre de 1937
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